La intoxicación o envenenamiento es el efecto perjudicial que se genera cuando una sustancia tóxica se ingiere, inhala o entra en contacto con la piel, los ojos o las membranas mucosas, como las de la boca o la nariz.
Las sustancias tóxicas pueden ser medicamentos con y sin receta médica, drogas ilegales, gases, productos químicos, vitaminas, alimentos, setas, plantas y venenos de animales.
Algunos tóxicos no causan daño, mientras que otros pueden originar lesiones graves o la muerte.
El diagnóstico se basa en los síntomas, en el informe obtenido de la persona intoxicada y los testigos, y de vez en cuando en los análisis de sangre y de orina.
Los medicamentos siempre tienen que mantenerse en sus envases originales y fuera del alcance de los niños.
El tratamiento consta en tranquilizar a la persona e impedir la absorción adicional del tóxico, y ocasionalmente tomar medidas para intensificar la eliminación del tóxico.
Cada año las intoxicaciones y envenenamientos en México son causa de alrededor de 13,600 egresos hospitalarios que originan 34,900 días de estancia hospitalaria. Como consecuencia de las intoxicaciones fallecen 1,400 personas, 87% adultos y 13% niños. El 72% de los casos son accidentales y 28% corresponden a suicidios.
Envenenamiento accidental
Las intoxicaciones son las causas más comunes de accidentes no mortales en el hogar. Los niños, debido a su curiosidad, son vulnerables a la intoxicación accidental en el hogar, al igual que las personas mayores, habitualmente debido a una confusión con los fármacos que deben tomar. De igual manera las personas hospitalizadas resultan vulnerables a la intoxicación accidental (por errores con fármacos), así como los trabajadores industriales (por su exposición a productos químicos tóxicos).
Envenenamiento deliberado
La intoxicación puede ser intencionada, en caso de asesinato o suicidio. La mayoría de los adultos que intentan suicidarse por intoxicación ingieren más de un fármaco en combinación con el consumo de alcohol. La intoxicación puede ser utilizada para perpetrar una violación o un robo. En raras ocasiones, los progenitores con un trastorno psiquiátrico envenenan a sus hijos para causarles una enfermedad y así obtener atención médica (un trastorno llamado trastorno facticio impuesto sobre otro).
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