Según el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, de la ONU, la violencia contra las mujeres basada en el género es “la violencia dirigida contra la mujer porque es mujer o que le afecta en forma desproporcionada”.
Los sujetos activos de esta violencia pueden ser:
Violencia doméstica y violencia intrafamiliar.
“Todo acto u omisión sobrevenido en el marco familiar por obra de uno de sus componentes que atente contra la vida, la integridad corporal o psíquica, o la libertad de otro componente de la misma familia, o que amanece gravemente el desarrollo de su personalidad” (Consejo de Europa, 1987).
La violencia familiar es una forma de violencia estructural, pues para que ocurra es necesario un cierto nivel de aceptación y tolerancia social (apoyada por la cultura, el derecho, la ideología...) La violencia familiar está asociada con variables como el género y la edad de las víctimas, siendo los más vulnerables los
niños y adolescentes, las personas mayores y las mujeres. Respecto a la violencia ejercida sobre los hombres, no hay duda que existen mujeres que pueden llegar a tener conductas violentas dentro de la familia, aunque diferentes estudios han demostrado que en la mayoría de los casos, las mujeres actúan como reacción a la violencia provocada por los agresores.
Violencia doméstica, se define como “aquellas conductas agresivas que ejercen sobre los miembros más débiles de un grupo familiar otros miembros de este mismo grupo, especialmente las que se ejercen sobre la mujer; se incluyen también las producidas con posterioridad a la ruptura de una relación familiar o de convivencia.” Los aspectos que definen los malos tratos en el ambiente doméstico son los detallados a continuación:
Podemos clasificar las agresiones en cinco categorías: maltrato físico, sexual,psicológico, social y económico.
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