La seguridad nacional es la custodia de la nación como un todo. Su más alto objetivo es la protección de la nación y su gente, proteger de los ataques y otros peligros externos mediante el mantenimiento de las fuerzas armadas y la protección de los secretos de estado.
Debido a que la seguridad nacional conlleva tanto la defensa nacional como la protección de una serie de intereses geopolíticos, económicos y de otro tipo, afecta no solo a la política de defensa, sino también a las políticas extranjeras y de otro tipo.
Las políticas exteriores y de defensa deben verse como un refuerzo mutuo. Si bien habrá que tomar decisiones duras en el gasto de seguridad nacional, deberían decidirse por realidades, no por comparaciones con falta de razón o conceptos incoherentes y pretenciosos.
La siguiente pregunta a abordar es cómo lograr la seguridad nacional. México requiere fomentar una cultura de Seguridad Nacional conformada por un conjunto de valores, principios, conocimientos, prácticas y actitudes que deben ser encaminadas por una conciencia ética colectiva convencida de preservar el equilibrio racional entre la necesidad práctica de subsistencia del Estado y la protección del libre ejercicio de los derechos fundamentales de su población. La conducta social de los ciudadanos y sus comunidades respecto a la política de Seguridad Nacional debe tener como principio la identidad cultural, el patriotismo, el respeto a la ley y al Estado de Derecho; prácticas cívicas que elaboran y fortalecen al sistema social en su conjunto.
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